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Vagando de ciudad en ciudad, iba la gente en busca de agua,
    pero no calmaba su sed.
    Con todo, vosotros no os volvisteis a mí
            —afirma el Señor—.

»Castigué vuestros campos con plagas y sequía;
    la langosta devoró vuestros huertos y viñedos,
vuestras higueras y olivares.
    Con todo, no os volvisteis a mí
            —afirma el Señor—.

10 »Os mandé plagas
    como las de Egipto.
Pasé por la espada a vuestros mejores jóvenes,
    junto con los caballos capturados.
Hice que llegara hasta vuestras propias narices
    el hedor de los cadáveres.
    Con todo, no os volvisteis a mí
            —afirma el Señor—.

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